Moléculas Espirituales que conducen a la diosa dentro de nosotros. Nuevas intervenciones terapéuticas para sanar el dolor y el Trastorno de Estrés Postraumático o TEPT (PTSD, por sus siglas en inglés).
El tratamiento de la medicina integral para el trastorno de estrés postraumático ha ido evolucionando y creciendo por todo el mundo para incluir enteógenos, también llamados medicina psicodélica. Hemos explorado y alterado nuestros estados de conciencia desde que nuestros primeros amigos animales encontraron un montículo de hongos psicodélicos, vieron a la diosa del cosmos y compartieron su descubrimiento con nosotros.
Es un desafío sugerir qué es más viejo: la experiencia de eventos traumáticos, o la primera visión que conduce a lo que ahora llamamos espiritualidad o religión. La religión puede haber evolucionado con nuestros ancestros después de haber ingerido algún regalo psicodélico de la naturaleza.
Algunos académicos sugieren que la manzana del Edén en realidad era un hongo psicoactivo (Amanita muscaria) (Wasson, Kramrisch, Ruck, Ott, 1992). La gente ha ingerido plantas y hongos psicoactivos por milenios para aumentar la conciencia y como un camino al éxtasis, lo que se refiere como “la salida del alma del cuerpo” simultáneo con estados místicos o visionarios.
Con frecuencia, los pueblos de muchas culturas utilizan plantas y hongos en rituales grupales para alterar la conciencia, para comulgar con los dioses o para estar alerta mientras se embarcaban en expediciones largas de cacería; o se utilizan individualmente para estimular visiones, para dormir, tratar el dolor y heridas. Enteógeno se refiere a “Dios dentro de nosotros”, aquellas sustancias vegetales que, cuando se ingieren, le dan a uno una experiencia divina. En el pasado conocidos comúnmente como alucinógenos, psicodélicos, psicomiméticos (Wasson, 1988).
Muchos fármacos son derivados de esas plantas cuyos componentes químicos actualmente se extraen, sintetizan y concentran en laboratorios. Además de sus usos médicos, las plantas y hongos psicoactivos también son utilizados de forma recreativa y ritual. Cada vez más son estudiados y aplicados en el entorno clínico para síntomas intratables del TEPT, incluyendo depresión, desesperación, ansiedad y “pérdida de espíritu”.
Alterar Estados de Conciencia
El trauma altera la conciencia y no es sorpresa que más del 70 por ciento de las personas con TEPT se auto medican al punto de la adicción. Muchos más utilizan sustancias, pero no se vuelven adictos. El uso de sustancias interviene tanto con el impulso humano natural hacia la exploración interior con la necesidad de suprimir estados desagradables. Las plantas y hongos y sus derivados químicos son los sujetos de estudio de la ciencia empírica general, ciencias indígenas y pruebas clínicas biomédicas dirigidas a identificar su aplicación para el tratamiento de TEPT, depresión, ansiedad, adicción, insomnio; y como catalizador de crecimiento espiritual y postraumático. Es en esta intersección que se puede explorar un tratamiento para entender los estados y equilibrios psicoactivos.
En mi libro, Ritmos de Recuperación,Trauma, Naturaleza y el Cuerpo,argumento que el TEPT altera la función rítmica de la conciencia y que nuestro trabajo debe ser ayudar a nuestros clientes a encontrar formas de restaurar su sentido del ritmo y equilibrio; y a aprender métodos que puedan utilizar en casa y bajo la supervisión de terapeutas, sanadores y guías.
Determinar cuáles son las drogas legales o ilegales en los Estados Unidos o en otras ciudades es un asunto de política, no de políticas basadas en consideraciones terapéuticas o peligros al individuo o a la sociedad. Si este no fuera el caso, la nicotina y el alcohol serían ilegales, y el cannabis y la dietilamida de ácido lisérgico (LSD, por sus siglas en inglés) no. Las actitudes sobre las drogas y plantas/hongos psicoactivos cambian con las costumbres culturales y de la época, y con toda probabilidad, continuarán cambiando. El papel de la cultura y la moral para determinar cuáles plantas y drogas pueden utilizarse y cuáles no, está acentuado por la supresión de psicodélicos/enteógenos durante los últimos 50 años. En los 50’s, los alucinógenos eran llamados psicomiméticos porque se creía que imitaban la psicosis.
Cuando los españoles llegaron a México, suprimieron no sólo el uso sagrado del hongo llamado Teonanacatl por los Nahuas, que quiere decir “carne de los Dioses” pero también alimentos rituales, tales como el amaranto, el cual fue salvaguardado por los pueblos indígenas para el futuro. Al parecer, el uso de Teonanacatl, alcohol y otras sustancias rituales para expandir la mente estaba regulado y no era común el abuso entre los pueblos tanto del hemisferio norte como del sur. La supresión de drogas que alteran la mente por la Inquisición en el Nuevo Mundo continúa hoy en día, incluso cuando la capacidad para realizar investigaciones está emergiendo lentamente una vez más. Nuestros clientes se benefician al entender por qué utilizan las sustancias que utilizan y el contexto más amplio de lo que significa ser humano y elegir tener un estado alterado en contraste con elegir uno para sanar.
En efecto, hay una conexión profunda entre el TEPT, políticas de drogas ineficientes y encarcelamiento. La llamarada de la política de drogas de los Estados Unidos nos afecta a nosotros los terapeutas que trabajamos con hombres y mujeres en prisión cuando nos acusan por ayudar a personas que están ahí predominantemente debido a su color y uso de drogas para auto medicar su TEPT. La política de la Comisión Global de Drogas ha anunciado el cese a la guerra contra las drogas; lo que terminó con la criminalización, marginalización y estigmatización de la gente que utiliza drogas – individuos que no hacen daño a nadie.
En la práctica de la medicina convencional y la asesoría psicológica en nuestros días, hay una “teología de abstinencia y sobriedad”. Si bien esto es terapéuticamente útil para muchas personas, la ortodoxia de la abstinencia y la sobriedad también previenen una exploración abierta del papel de las plantas y drogas para alterar benéficamente la conciencia y tratar la enfermedad, sin daño o los atributos negativos de la dependencia. Una actitud demasiado sobria tampoco reconoce el anhelo humano y la capacidad de trascendencia; no hay mayor necesidad de trascender al estar traumatizado.
Sin duda, el paradigma actual sobre el tratamiento de abuso de sustancias como lo ejemplifica el tratamiento ortodoxo es un fracaso. La eficacia del tratamiento es tan pobre en los programas de rehabilitación y en las agencias del gobierno como el Servicio de Salud de India, que la mayoría de las agencias no proporcionan medidas o resultados de estadísticas. He consultado muchos casos que me han entristecido profundamente, en los que el cliente entra a un programa de 30 o 60 días en los que se les advierte verbalmente que se “mantengan limpios” mientras reciben una dieta nutricionalmente deficiente a base de puré de papas con salsa, coctel de frutas y tres o más medicamentos que pone su cabeza a dar vueltas.
El cerebro adicto necesita alimentación física, como lo explico en mis libros sobre la nutrición para la salud mental, y el cerebro/mente también necesita alimento espiritual que se obtiene de visiones trascendentales y rituales continuos de conexión con otros. No todas las plantas o sus análogos que discuto más adelante son enteógenos o alucinógenos. Algunos son drogas que son analgésicos, ansiolíticos y proporcionan un tratamiento más natural con menos efectos secundarios que muchos de los fármacos que se utilizan.
De manera interesante, el principal tratamiento farmacológico existente para el TEPT y depresión, involucra a los sistemas serotoninérgico y dopaminérgico/ácido gamma-aminobutírico (GABA, por sus siglas en inglés) en el cerebro. Sin sorpresa, la medicina botánica, los alucinógenos y enteógenos interactúan con esos mismos sistemas. Como lo señalo en otra parte, hay muchos caminos al ácido gamma.aminobutírico además de las benzodiacepinas. La naturaleza proporciona abundantes plantas para este propósito. Esta realidad sugiere que un tratamiento exitoso para el TEPT puede tratarse más sobre qué camino tomamos para llegar a la sinapsis. Como podremos ver, los enteógenos son agonistas serotoninérgicos; más de un cliente ha comenzado a tomar Prozac y ha dicho: “¡cielos, se siente cómo ácido!”
Históricamente, las sociedades indígenas y tradicionales utilizan plantas psicoactivas en el contexto de un ritual basado en la comunidad. Bajo estas condiciones, la comunidad y el ritual proporcionan el escenario para ayudar al proceso de iniciación y sanación experimentada por el usuario participante. Las sociedades industrializadas han perdido muchos de estos rituales y aquellos que permanecen, aun cuando son religiosos, raramente incluyen el uso de plantas utilizadas para hacer comunión con Dios, como las prácticas que eran primordiales en la adoración cristiana y pagana en Europa.
Muchas de esas tradiciones continúan evolucionando, por ejemplo, las prácticas ceremoniales con peyote de la iglesia nativo americana en el sureste de los Estados Unidos, y entre los huicholes del centro de México, las ceremonias de Ayahuasca practicadas por el chamán Urarina del interior de las regiones del río Amazonas de Perú, los cultos con hongos (Amanita muscaria) de Siberia y los mazatecos del noroeste de Oaxaca, México, quienes se refieren a su hongo inductor del trance como nti-si-tho y en escenarios psicoterapéuticos donde los individuos utilizan sustancias bajo la guía de terapeutas o guías calificados.
Las moléculas espirituales que exploro en la segunda parte de este artículo son utilizadas por personas con TEPT y la mayoría han sido o son sujetos de una investigación clínica en curso para el tratamiento de TEPT o sus secuelas. Debido al rango de efectos del trauma y ya que con frecuencia emergen y se resuelven y vuelven a emerger a lo largo de la vida, el individuo que sufre de los efectos del trauma tendrá necesidades cambiantes a lo largo de su vida.
La gente que sufre TEPT utiliza toda clase de medicamentos para auto medicarse. Entender los tipos de drogas que la gente utiliza nos ayuda a entender más específicamente las necesidades psicológicas, biológicas y espirituales para abordar a través del uso consciente las alternativas psicoactivas. Con excepción del tabaco, el cual incluyo aquí, debido al uso histórico como planta ritual, y su uso problemático por la gente con TEPT, todas esas sustancias prometen ser aliados en el camino a la sanación. Quizá la planta utilizada con mayor frecuencia (además del tabaco) por la gente con TEPT para alterar la consciencia es el cannabis o mariguana. También demuestra efectos favorables para el tratamiento de una variedad de síntomas relacionados con el TEPT incluyendo la depresión, ansiedad y el dolor. Exploraré esta y otras plantas aliadas y enteógenos en la siguiente publicación.
Referencias
Wasson, R. G., Hofmann, A., & Ruck, C. A. P. (1978). The road to Eleusis: Unveiling the secret of the mysteries. New York, NY: Harcourt Brace Jovanovich
Wasson, R. G., Kramrisch, S., Ruck, C., & Ott, J. (1992). Persephone’s quest: Entheogens and the origins of religion. New Haven, CT: Yale University Press.
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