Utilizar la hidroterapia de frío y calor para la salud en casa
El agua es un medio ideal a través del cual transferir calor o frío al cuerpo para liberar toxinas a través de la piel y para el tratamiento del bajo estado de ánimo, el dolor y la inflamación. Junto con el uso de las plantas y las manos, la aplicación de agua es uno de los métodos curativos más antiguos. Las prácticas de hidroterapia favorecen la relajación, el sueño, el estado de ánimo y disminuyen el dolor y la disociación. El calor es relajante y reduce el dolor crónico. El frío es estimulante, mejora el estado de ánimo y reduce el dolor agudo. Alternar frío y calor mejora la circulación, refuerza la función inmunitaria y equilibra nuestro estado de ánimo.
Cómo montar tu spa
Es importante tener una zona tranquila en casa, con el propósito de invertir en tu salud y bienestar. Busca una zona de tu casa que sea tu espacio tranquilo, donde tengas tus almohadas, aromas y otros artículos de autocuidado. La lista que te doy a continuación ofrece sugerencias e ideas de artículos de autocuidado que debes reunir para tu spa en casa. También debes disponer de una habitación «húmeda», como el cuarto de baño, donde realizar actividades que necesiten agua, o puedes decidir disponer de equipos protectores de plástico en otro espacio sagrado. Crear un altar o una zona con tus objetos exclusivos, como flores o plantas frescas, cristales, incienso, herramientas de sincronicidad (tarjetas de afirmación, runas celtas, tarjetas de collage del alma), fotos de seres queridos, antepasados y amigos, también puede ser una forma estupenda de conectar y apoyarte a ti mismo.
Elementos que debes reunir para tu oasis de spa casero
- Vinagre de sidra de manzana orgánico
- Sales de Epsom
- Aceites esenciales de tu elección
- Cepillo para la piel
- Bolsitas de té de manzanilla
- Velas de cera de abeja
- Almohadilla/mascarilla para los ojos
- Cortinas opacas
- Purificador de aire
- Incienso
- Toallas y paños suaves
- Bata
- Aceite de coco
- Rodillo de jade
- Masajeador del cuero cabelludo
- Bolsa de agua caliente, bolsa térmica de arroz, almohadillas corporales
- Almohadillas magnéticas
- Instrumentos de respiración
Técnicas para aplicar calor
- Los baños de sales de Epsom son relajantes y desintoxicantes. Añade una taza de sales de Epsom (sulfato de magnesio) a un baño templado (no caliente). Si quieres, puedes añadir también algún aceite esencial, como el de lavanda. Sumérgete durante 20 minutos. El magnesio se absorberá y te ayudará a relajar los músculos y a dormir. El baño puede ser resbaladizo, así que utiliza un tapete.
- Puedes hacer en casa tu propia bolsita caliente de arroz, que luego podrás utilizar cuando sientas ansiedad o dolor. Empieza por recoger arena de tu playa favorita o un poco de arroz de tu despensa. Rellena un calcetín o una pequeña funda de almohada con el relleno que hayas elegido. Después, recorta una forma de una camisa o manta vieja, dóblala por la mitad, cose todo el lado menos uno, rellena la cavidad y cose el tamaño final. Si has optado por utilizar un calcetín, deja espacio suficiente para hacer un nudo en la abertura una vez que el relleno esté dentro. Calienta tu bolsita en el microondas de 1 a 3 minutos y colócala en cualquier parte del cuerpo para obtener un calor reconfortante. Frota un poco de bálsamo de CBD en la región pélvica y aplica el calor.
Técnicas para aplicar frío
- Cuando te sientas bajo de ánimo o cansado, métete en una ducha tibia y sube lentamente la temperatura hasta que esté lo más fría posible y deja que el agua fluya directamente sobre tu columna vertebral durante 5 minutos.
- Una hidroterapia constitucional, aunque suele realizarse en un spa o en el consultorio de un naturópata, puede hacerse en casa para disfrutarla y beneficiarse de ella semanalmente o con más frecuencia. Requerirás una regadera con agua caliente, 1 camiseta grande de algodón o de tirantes, 2 mantas de lana, 1 sábana plana de algodón (franela) y un congelador. En primer lugar, moja una camiseta de algodón o de tirantes en el lavabo hasta que esté empapada; escurre el exceso de agua y colócala plana en el congelador. Te la pondrás después de la ducha. Extiende dos mantas a lo largo de una cama con una sábana encima. Date una ducha caliente y sube la temperatura, de modo que sientas calor pero sin quemarte ni resultarte incómodo. Deja que el agua caiga sobre ti durante 5 minutos. Utiliza un temporizador si es necesario. Cuando termines, sécate rápidamente, coge la camiseta helada del congelador y póntela rápidamente. Aquí no quieres perder tiempo. No uses ninguna prenda por debajo ni por encima de esta camiseta. Después de ponerte la camiseta, acuéstate encima de las dos mantas y la sábana. Enróllate bien dentro de la sábana y las mantas. Envuélvete desde el cuello hasta los dedos de los pies. Si hay alguien en casa que te ayude, puedes acostarte sobre la sábana y envolverte, al estilo momia, con las mantas y la sábana. Permanece envuelto hasta que tu camiseta esté caliente al tacto. Durante este tiempo, duerme, descansa o escucha música tranquilizadora. Sal lentamente de tu capullo, vístete y mantente caliente. Relájate durante el resto del día, quizás dando un paseo al aire libre.
Técnica para aplicar frío y calor
- Mezcla en partes iguales 1/2 c. de sal marina gruesa y ½ c. de bicarbonato de sodio. Mézclalo con suficiente agua para que se convierta en una pasta espesa. Añade unas gotas de tu aceite esencial favorito. Métete en la ducha con el cepillo para la piel, mójate, cierra el grifo y empieza a frotar, empezando por los dedos de los pies y subiendo por todo el cuerpo de delante hacia atrás. Asegúrate de cepillar en la dirección del corazón. Al principio, el cepillo puede parecer áspero; sin embargo, te resultará agradable y estimulante después de las primeras veces. Cuando estés cubierto, vuelve a abrir el grifo, aclara con agua tibia, caliéntala tanto como te resulte cómodo y termina con un minuto de agua helada. Sécate con una toalla y bebe 6 onzas de agua.
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