Mi historia como cuidadora
Muchos de nosotros somos cuidadores de personas enfermas de cualquier edad en algún momento de nuestras vidas. Tuve la suerte de poder cuidar a mi madre, que padecía Alzheimer. Sentí que era un profundo servicio ayudar en los retos a los que se enfrentaba mi madre a medida que su mente y su cuerpo dejaban de funcionar a lo largo de la década en que se acercaba a la muerte.
También tuve que trabajar diligentemente para cuidar de mí misma mientras tenía mi propia familia y un trabajo de tiempo completo. Sin duda sentí el estrés.
Tuve la suerte de contar con el apoyo de otros cuidadores, ya que no podía hacerlo sola. Encontré un gestor de cuidados geriátricos que pudo aconsejarme para que tuviera una perspectiva independiente de todas las opciones de cuidados, y la Agencia local para el envejecimiento, que se encuentra en todas las comunidades de Estados Unidos, me proporcionó un apoyo inconmensurable.
También me aseguré de mejorar mis estrategias de autocuidado para aumentar mi resistencia física y emocional.
Aliviar el estrés y la enfermedad del cuidador con hierbas
El estrés emocional y biológico prepara el camino a la enfermedad del cuidador. Cuidar es un maratón, e incluye los altibajos de los diagnósticos, las citas con el médico, las decisiones y los retos del tratamiento. Sobre todo porque, a medida que avanza la demencia, también lo hacen la agitación y la angustia del paciente, que no hacen sino sumarse a las nuestras.
Adaptógenos
Las hierbas más importantes en este momento son los adaptógenos para la resiliencia. Incluyen hierbas hipoglucemiantes para estabilizar la glucosa en sangre, inmunomoduladoras para alejar las infecciones y sedantes para un profundo descanso reparador por la noche.
Las plantas adaptógenas ayudan a adaptarse al estrés restaurando la capacidad de afrontamiento y respuesta. Sus extractos activos y cofactores favorecen la función adrenal, aumentan la resistencia y reducen la fatiga. Al apoyar la función adrenal, favorecen la función inmunitaria y la resistencia. También ayudan a utilizar el oxígeno y aumentan la «respiración» celular.
Las hierbas adaptógenas más comunes son la ashwagandha (Withania somnifera), el eleuthero (Eleutherococcus senticosus), también conocido como ginseng siberiano, y el ginseng coreano (Panax ginseng). La ashwagandha, en particular, es un adaptógeno que también ayuda a conciliar el sueño y puede utilizarse por la noche.
Las hierbas son nuestras aliadas durante todos los procesos de transformación; nos ayudan a curarnos de las enfermedades y suavizan los baches de nuestros ciclos vitales. Siempre son generosas cuando nos revelan que, como cada rama, raíz, hoja y brote que comparten, nosotros también formamos parte de la naturaleza y tenemos nuestro lugar en el cosmos.
Sigue leyendo para aprender las recetas de un smoothie para resiliencia para cuidadores y un café de capomo.
Smoothie para la resiliencia del cuidador
Este smoothie también es una comida rápida que te sostendrá durante varias horas. Asegúrate de preparar suficiente café de capomo con antelación y guardarlo en la nevera para poder consumirlo a diario. Un sustituto del capomo es un shot de café, pero recuerda que demasiado café te agotará mientras que una pequeña cantidad te proporcionará un estímulo.
Ingredientes para 1 porción
- ½ taza de leche de cáñamo (hemp)
- ½ taza de Café de capomo
- ½ cucharadita de ashwagandha
- ½ cucharadita de maca
- 1 cucharadita de polen de abeja
- 1 ó 2 cápsulas de aminoácidos libres en polvo
- 1 cucharada de tahini o mantequilla de almendras
- 5 gotas de stevia líquida
Añade los ingredientes a la licuadora hasta obtener una mezcla homogénea. Si quieres, puedes añadir 2 o 3 cubitos de hielo. Bébelo a diario.
Receta de Café de Capomo
El capomo —también conocido como ramón o nuez maya— es un sabroso sustituto del café, muy extendido en ambas costas de México. Esta semilla ha sido un importante alimento y bebida tradicional comúnmente utilizada por los pueblos de las costas este y oeste de México y de las selvas de Guatemala, y actualmente se está revitalizando como parte de las estrategias de curación en las comunidades.
Prepara 2 cucharadas de capomo molido por taza de agua en una prensa francesa o de cualquier otra forma en que prepararías el café. Opcionalmente, añade una pizca de canela, nuez moscada, vainilla o chocolate para añadir sabor aromático. También puedes obtener capomo en diversos sustitutos comerciales del café. Después de preparar la bebida, ¡guarda las semillas trituradas sobrantes y añadelos a unos muffins de chocolate con capomo!
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