Millones de adultos padecen hipotiroidismo, un trastorno en el que la glándula tiroides ―un pequeño órgano en forma de mariposa situado en el cuello― no produce suficiente cantidad de las hormonas que normalmente debería producir. Estas hormonas ayudan a regular nuestros niveles de energía, nuestro peso, temperatura central, metabolismo y estado de ánimo.
Sin embargo, muchas personas que tienen una glándula tiroides hipoactiva no son conscientes de que este trastorno existe, o de que puede estar causando o contribuyendo a su depresión, fatiga, aumento de peso, infertilidad u otros síntomas graves. La Asociación Americana de la Tiroides ha señalado que la mitad de las personas con hipotiroidismo no saben que lo padecen.
Es vital que los proveedores de atención a la salud integral, y cualquier persona interesada en tomar el control de su salud, se informen sobre este padecimiento frecuente, y conozcan las opciones más completas para tratarla.
¿Qué es el hipotiroidismo?
Cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, los médicos describen la enfermedad como hipotiroidismo (el prefijo ‘hipo’ significa «grado inferior al normal»).
Muchas personas experimentan un tipo subclínico de hipotiroidismo. Puede manifestarse como baja temperatura corporal y depresión, aunque los valores de los análisis de sangre parezcan normales. Una causa frecuente de hipotiroidismo en la actualidad es una afección autoinmunitaria conocida como Enfermedad de Hashimoto (llamada así por el médico japonés que la describió por primera vez en 1912). La Enfermedad de Hashimoto suele aparecer entre los 30 y los 50 años, y afecta 7 veces más a las mujeres que a los hombres. Se cree que esta forma de hipotiroidismo se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales, y, como muchas enfermedades autoinmunes, se asocia a alergias alimentarias al gluten.
Desgraciadamente, esos factores ambientales son bastante frecuentes en el mundo industrializado.
Los disruptores endocrinos que interfieren en la función tiroidea se encuentran habitualmente en los alimentos envasados, el agua tratada por los municipios y los productos de cuidado personal. Los microplásticos, los pesticidas y los metales pesados dañan el sistema endocrino y pueden provocar desequilibrios de las bacterias intestinales y enfermedades autoinmunes.
La falta de yodo y otras deficiencias nutricionales también pueden causar hipotiroidismo, ya que el yodo y otros nutrientes son necesarios para el funcionamiento correcto de la tiroides.
Otras causas de hipotiroidismo son las siguientes:
- Trastornos de la hipófisis o el hipotálamo (la tiroides forma parte del eje más amplio hipotalámico-hipofisario-adrenal- tiroideo, el principal sistema neuroendocrino que responde al estrés).
- Radiación en el cuello o la cabeza
- Fármacos como el Interferón A y el litio
- Ciertas clases nuevas de medicamentos contra el cáncer
- Hipotiroidismo congénito, en el que falta una parte o la totalidad de la glándula tiroides al nacer (en los hospitales se hacen pruebas a los recién nacidos para detectar esta enfermedad).
Aunque las causas son variadas, los síntomas del hipotiroidismo son constantes y pueden ser los siguientes:
- Sensación de frío
- Tener poca energía o sentirse cansado
- Depresión
- Niebla mental
- Aumento de peso
- Cabello fino
- Estreñimiento
- Debilidad muscular
- Dolores musculares, sensibilidad y rigidez
- Dolor o hinchazón articular
- Agrandamiento de la glándula tiroides (también llamado bocio)
- Infertilidad
Los síntomas del hipotiroidismo varían de una persona a otra, y no siempre se correlacionan directamente con lo baja que sea la producción hormonal de la glándula. Sin embargo, a medida que la enfermedad se agrava, pueden surgir nuevos síntomas o hacerse más evidentes.
Los límites del tratamiento convencional del hipotiroidismo
Un análisis de sangre puede mostrar si los niveles de la hormona tiroidea conocida como T4 son anormalmente bajos. Yo le recomiendo a mis pacientes un seguimiento adicional que nos permita encontrar posibles problemas tiroideos, antes de que sean detectados por los análisis de sangre convencionales. La mayoría de los análisis convencionales sólo comprueban la T3 y la TSH, pero un análisis integral de salud mental debe incluir la hormona estimulante de la tiroides (TSH),
Tiroxina total (T4) , Tiroxina libre (T4), Triyodotironina libre (T3), T3 reversa, Anticuerpo tiroglobulina (ATA) y Anticuerpo peroxidasa tiroidea (TPO).
El principal tratamiento convencional del hipotiroidismo es una forma de T4 sintética, y suele recetarse una vez que el médico diagnostica la enfermedad. Tras la ingestión de la hormona sintética, el cuerpo responde como si produjera hormonas tiroideas por sí mismo. Sin embargo, también existen hormonas tiroideas naturales como Armour thyroid, que combina T3 y T4 y que a veces es el tratamiento preferido.
Incluso con el tratamiento hormonal, es necesario abordar las afecciones asociadas al hipotiroidismo, como la presencia de sustancias químicas nocivas, los efectos del estrés prolongado y las posibles deficiencias vitamínicas, si se quiere recuperar una salud óptima.
¿Cómo se puede tratar el hipotiroidismo de forma natural?
Aunque muchos médicos están formados para limitarse a recetar medicamentos a sus pacientes, los niveles elevados de estrés, las carencias de micronutrientes y diversos alimentos y sustancias pueden afectar negativamente a la glándula tiroides, incluso cuando el tratamiento con hormonas sintéticas ayude a controlar los síntomas.
Los tratamientos naturales son vitales para restablecer la verdadera salud. Algunos de estos son: aprender a reducir el estrés, limitar la exposición a las toxinas, restablecer el microbioma intestinal, seguir una dieta sana y complementar con nutrientes cuando existan deficiencias.
Enfoques dietéticos
Nuestra dieta tiene un gran impacto en nuestra salud. Nuestra función tiroidea no es una excepción. Lo que comemos puede ayudar o estresar a nuestra glándula tiroides y nuestro organismo en su conjunto.
Alimentos que puedes añadir
Entre los alimentos que favorecen el funcionamiento natural de la tiroides están las algas, ricas en yodo.
Recomiendo a mis clientes que experimenten comiendo nori o ensalada de algas 3 ó 4 veces por semana. Si no te gusta el sabor o la textura, añadir algas en polvo a un smoothie es una alternativa estupenda.
Los polifenoles son otro poderoso apoyo para la salud tiroidea, ya que reducen la concentración de anticuerpos que atacan la glándula tiroides en los casos de Hashimoto.
Muchas frutas y verduras contienen polifenoles, como las moras, las cerezas, los cítricos, las alcachofas y las espinacas.
El té verde y el chocolate oscuro son otras dos sabrosas fuentes de polifenoles que debes incluir en tu dieta.
Alimentos que debes evitar
Muchos alimentos procesados están envasados en plástico, un disruptor neuroendocrino. Una dieta centrada en alimentos frescos e integrales es siempre más segura, además de más nutritiva.
Sin embargo, los alimentos frescos cultivados con fertilizantes químicos o pesticidas también pueden contener compuestos que afectan nuestro equilibrio hormonal. Ésta es una de las razones por las que recomiendo sustituir el consumo de carne y lácteos de producción convencional ―donde los aditivos químicos se acumulan en mayor concentración― por sus variedades orgánicas certificadas siempre que sea posible.
Evitar alimentos inflamatorios puede ayudar a la glándula tiroides y a la salud de todo el cuerpo. Estos alimentos incluyen:
- Alimentos fritos
- Carnes procesadas
- Panes y pastas hechos con harina blanca
- Productos de panadería comercial
- Dulces y todos los alimentos que contengan azúcar añadido
- Bebidas endulzadas con azúcar, incluidos los refrescos y las bebidas deportivas
Además, los alimentos que contienen goitrógenos afectan negativamente a la función tiroidea, entre ellos están:
- Productos de soya
- Brócoli, coliflor, col rizada y repollo (y todas las verduras crucíferas)
- Yuca
- Habas
Aunque no es necesario eliminar por completo las verduras crucíferas, se recomienda comerlas con moderación, preferiblemente ligeramente cocidas al vapor.
Evitar los alimentos inflamatorios, envasados, procesados y no orgánicos lo más que se pueda es muy beneficioso para quienes luchan contra una función tiroidea baja.
Nutrientes y suplementos a tener en cuenta
Las enfermedades autoinmunes, incluida la de Hashimoto, pueden provocar una mala absorción de algunas vitaminas.
Suplementos como la vitamina B-12, el zinc y el selenio (que facilita la conversión de las hormonas tiroideas a su forma activa, la T3) pueden favorecer la función tiroidea. La tirosina, el magnesio y las vitaminas B2, B3, B6, C, E y D también intervienen en la producción de hormonas tiroideas. Recomiendo a todos mis clientes un panel completo de pruebas para determinar sus niveles de vitaminas o nutrientes.
Ciertos probióticos pueden aumentar la capacidad del intestino para absorber nutrientes en los casos en que el microbioma está comprometido o desequilibrado.
Además, la tiroides desecada de cerdo o vaca es una alternativa natural a la hormona sintética que recetan los médicos convencionales para tratar la tiroides baja. Este extracto contiene las mismas hormonas que nuestra propia tiroides, y muchas personas diagnosticadas con hipotiroidismo lo prefieren.
Un estudio de 2013 publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism comparó a un grupo de participantes que recibieron el extracto natural con otro grupo que recibió la hormona sintética levotiroxina.
Los resultados del estudio indicaron que el extracto natural equilibraba la glándula tiroides tan bien como el sintético, además de asociarse a una mayor pérdida de peso.
Modificaciones del estilo de vida
El estrés prolongado altera nuestras funciones físicas, incluido el funcionamiento del cerebro. Experimentar un estrés significativo o un trauma perjudica la fuerza y el equilibrio de nuestro eje HPA, el «circuito» neuroendocrino que conecta las glándulas hipotálamo, pituitaria, adrenal y tiroidea.
Una de las formas más poderosas de ayudar a restablecer el equilibrio de nuestro eje HPA y de la tiroides es el ejercicio regular.
Como les digo a mis clientes, la mejor forma de ejercicio es la que realmente puedes hacer. Hay varias categorías de ejercicio entre las que puedes elegir:
- El ejercicio aeróbico incluye caminar, correr, nadar o utilizar una caminadora o una máquina de remo.
- El ejercicio anaeróbico incluye el levantamiento de pesas, el entrenamiento de resistencia y los ejercicios de entrenamiento de fuerza, junto con el entrenamiento por intervalos de alta intensidad y los ejercicios básicos como el pilates.
- Los estiramientos pueden combinarse con el trabajo del tronco o con ejercicios de equilibrio y coordinación, como en el yoga.
- Los ejercicios energéticos incluyen el chi gong, el tai chi y el yoga.
- Los ejercicios especiales, como las artes marciales, representan una combinación de ejercicios que pueden combinar ejercicios aeróbicos, anaeróbicos y energéticos.
Recomiendo tomarse un tiempo antes de empezar una nueva rutina de ejercicios para reflexionar sobre tu historia con el ejercicio y el movimiento, incluyendo lo que ha significado para ti, y lo que puede significar para tu salud en este momento.
Esto puede ayudarte a establecer tus objetivos, aumentar tu motivación y asegurarte de cumplir con tu plan de ejercicio.
Terapias alternativas y herbales
Las investigaciones sugieren que algunos suplementos herbales y terapias alternativas pueden potenciar la función tiroidea. (Recuerda tener en cuenta tu estado de salud particular y consultar con un médico de confianza antes de hacer cambios importantes).
Una hierba potente para la tiroides es la ashwagandha, un adaptógeno utilizado con frecuencia en la medicina ayurvédica que, según los estudios, puede ayudar a normalizar la función tiroidea baja en dosis de 600 mg. Como adaptógeno, nos ayuda a adaptarnos al estrés. Para quienes padecen hipotiroidismo, cocinar con hierbas antiinflamatorias como el jengibre, el ajo y la cúrcuma también es un apoyo.
La acupuntura resulta prometedora para estimular las hormonas tiroideas, mientras que las posturas de yoga, como la postura de los hombros, la postura del pez, la cobra, el camello y las piernas en la pared, estimulan suavemente la glándula y alivian el estrés.
¿Es curable el hipotiroidismo?
Muchos médicos convencionales creen que el hipotiroidismo no puede curarse y que los pacientes deben seguir tomando hormonas sintéticas el resto de su vida.
Pero mi propia experiencia como profesional de la salud integrativa sugiere que esto depende de la causa del trastorno.
Para algunos, un régimen que incluya suplementos de yodo y algas, yoga específico y una reducción de los alimentos inflamatorios puede equilibrar la función tiroidea.
Si tienes o crees que puedes tener hipotiroidismo, es importante que encuentres y trabajes con un profesional de la salud acreditado con formación en medicina funcional o naturopática, nutrición o medicina herbaria, que pueda ayudarte a evaluar y tratar con precisión tu enfermedad.
Conclusión
Muchos factores, como la genética, los factores estresantes ambientales, las toxinas y la dieta, pueden contribuir al desarrollo del hipotiroidismo o el hipotiroidismo subclínico.
Para tratar este trastorno con la máxima eficacia, lo mejor es un enfoque en varios niveles, que incluya:
- Una prueba exhaustiva de los niveles de hormonas tiroideas junto con un panel completo de pruebas de vitaminas y nutrientes para comprobar si hay deficiencias.
- Tratamiento con un sustituto hormonal como Armour thyroid, si está indicado.
- Gestión del estrés para equilibrar la tiroides y el sistema neuroendocrino en general.
- Ejercicio para ayudar a controlar el estrés y apoyar la tiroides y el funcionamiento físico general del cuerpo.
- Reducir al mínimo la exposición a las toxinas de los productos de cuidado personal y seguir una dieta sana que incorpore alimentos integrales y reduzca al mínimo los productos alimentarios inflamatorios.
- Suplementación con nutrientes y hierbas, que pueden ayudar a restablecer el equilibrio del organismo y contribuir aún más a la reducción de los síntomas.
Un profesional de la salud confiable, formado en medicina funcional o naturopática, nutrición o medicina herbaria pueden ayudar a evaluar y tratar correctamente el hipotiroidismo.
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